
Este domingo tuve la suerte de disfrutar de los juegos y la dulzura de dos auténticos bombones, Lucas y Mateo.
Tras un recibimiento desigual. Mateo dando saltos y Lucas todavía a trompicones y medio dormido, llegó el momento de un último cepillado y de montar el set de iluminación.
Después una hora y media de posados. Ah! y para que no haya despistes, con pañuelo azul Lucas y con pañuelo rojo Mateo.